Sinfonía No. 1 en Do mayor: Esta sinfonía y la segunda fueron compuestas durante el periodo clásico de Beethoven, es decir en los comienzos artísticos del autor, y pueden compararse a los trabajos de los ligeramente previos compositores vieneses, Mozart y Haydn. Esta sinfonía contiene muchos elementos juguetones, polifónicos e inusuales: el primer movimiento comienza en la “nota incorrecta”, el segundo y el tercer movimiento, si bien están marcados con un andante y menuetto respectivamente, son tocados, por lo general, a un ritmo mucho más acelerado que lo que indican normalmente dichas palabras; y el cuarto movimiento se burla del oyente al presentar varias escalas incompletas antes de resolver en un Do mayor.
Sinfonía No. 2 en Re mayor: Si bien muchas sinfonías clásicas utilizan la forma de un Minuet para su tercer movimiento, Beethoven eligió componer en su lugar un Scherzo, una pieza musical mucho más rápida y enérgica que el típico Minuet.
Sinfonía No. 3 en Mi-bemol mayor: También llamada “Sinfonía Heroica”, este trabajo fue escrito para celebrar la promesa de igualdad y democracia de Napoleón Bonaparte, ideales que capturaron varias mentes europeas al iniciar el siglo XVIII.
Sinfonía No. 4 en Si-bemol mayor: Robert Schumann describió este trabajo como “la esbelta doncella griega entre los dos dioses nórdicos”. Esta metáfora hace referencia probablemente a la cuarta sinfonía como una pieza entera situada en medio de la tercera y la quinta sinfonía, pero le otorga a ésta misma una naturaleza, por sobre todo energética. La metáfora sería tal vez, mejor aplicada al segundo movimiento adagio que aparece en medio de los movimientos bullciosos externos.
Sinfonía No. 5 en Do menor: Frecuentemente considerada como una expresión de las emociones íntimas de Beethoven, esta sinfonía comienza con las bien conocidas cuatro notas “del destino”. Luego de comenzar tan inquietantemente en Do menor, la sinfonía termina triunfantemente en Do mayor con un tema basado en el mismo motivo scherzado.
Sinfonía No. 6 en Fa mayor: Apodada “Sinfonía Pastoral”, este trabajo transporta al oyente en un viaje imaginario al campo, lleno de arroyos danzantes y tormentas eléctricas.
Sinfonía No. 7 en La mayor: Esta sinfonía alterna entre el dirge y la danza, evocando en su movimiento luto y alegría. El primer movimiento comienza más bien pensativamente antes de caer en un éxtasis salvaje. El segundo movimiento entra sombrío, pero hacia el final los dos movimientos transportan al oyente a un alegre y especial abandono.
Sinfonía No. 8 en Fa mayor: Otra sinfonía juguetona; su segundo movimiento parodia al recientemente inventado metrónomo, el tercer movimiento usa (para esa época) una forma “retro” de Minuet, y el cuarto movimiento (al igual que la primer sinfonía) también utiliza la “nota incorrecta” para añadir un efecto humorístico.
Sinfonía No. 9 en Re mayor: Beethoven la escribió luego de que su creciente sordera le había privado completamente de su audición. El movimiento final contiene coros en el cual se acopla el poema “Oda a la alegría” de Schiller. Seguidamente un fragmento de esta sinfonía número 9 dirigida por Karajan.
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